viernes, 26 de agosto de 2011

LAS GUERRAS CÁNTABRAS SON UNA FIESTA

Cada año, los vecinos de Los Corrales de Buelna hacen un viaje hasta los comienzos de nuestra era para recrear de manera festiva lo que historicamente se conoce como las Guerras Cántabras, o sea, los enfrentamientos entre las legiones romanas y las tribus astures y cántabras del norte de la península. La fiesta tiene una clara intención de rememorar aquel periodo, y por eso, cientos de personas se integran entre las legiones romanas que desembarcan en el puerto de Santander, o en otras tantas tribus cántabras que se concentrarán esta noche en el Circo Máximo para el Izado de Enseñas y el Encendido del Fuego Sagrado, o que asistirán a la intervención del geógrafo e historiador romano Estrabón, a la proclamación de los augurios de Brigantias o la reclamación de la recompensa por Corocotta.

Este personaje, un caudillo de los pueblos del norte que Dión Cassio recogió en sus crónicas de la Historia de Roma, es el protagonista de El último soldurio, una ficción con base histórica recreada por Javier Lorenzo. En la novela, además de los propios hechos que relatan una época convulsa, pueden encontrarse muchas referencias a los usos y costumbres de cántabros, astures y vascones.

El personaje principal tiene todas las características propias de los bravehearts de todo el mundo, ya que las referencias históricas del personajes ya son de por sí legendarias por presentarse ante el emperador Augusto para reclamarle la recompensa que había ofrecido por su propia cabeza; y tanto debió asombrar al emperador, que no sólo le perdonó la vida, sino que, además, le pagó lo acordado.


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