martes, 18 de octubre de 2011

NUESTRO 10º MICRO DE 17 EUROS

Una vez leí en algún lado, acerca de un personaje, que en su infancia su familia había sido tan pobre que no tuvieron ni abuelos… Raúl Garcés nos trae esta historia cercana en la que podemos reconocer la generosidad mayúscula e indiscutible que despiertan los hijos de nuestros hijos.

NIETOS

Yayo, queremos montarnos en los cochecitos. Yayo, cómpranos cromos. Yayo, chucherías – repetían los pequeños dando saltitos ante su abuelo. Éste, para que se callaran de una vez, sacó todo lo que llevaba en la cartera, un billete de diez, otro de cinco y un par de euros sueltos y se lo dio a los nietos con la condición de que lo compartieran. Al poco, volvieron cargados de cuantas cosas les habían apetecido. En un primer momento, le sorprendió ver que todavía conservaban los 17 euros pero en seguida lo comprendió al ver como la abuela recogía el monedero.

5 comentarios:

  1. Muchos yayos favorecen que esto ocurra. Lo que no han hecho con los hijos lo hacen con los nietos. Aquí la otra cara de la moneda.

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  2. Estos nietos son la mar de listo, y pensar que yo cuando era pequeño me costaba pedirle cinco duros a los míos. Las nuevas generaciones son más listas.
    Me gustó. Suerte para el concurso.

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  3. Los abuelos tienen la misión de 'malcriar' a los nietos.
    Buen micro.

    Saludos.

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  4. La abuela que compensa a sus queridos nietos...
    Suerte.

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  5. Es el segundo que leo en el que se hace alusión a los abuelos. Así que otro beso para todos los abuelos del mundo, para los que con poco supieron hacer mucho, y para aquellos que aman tanto a sus nietos que como decían por aquí ... los malcrían ¡que para eso también están!, ¡claro que sí!.

    Un abrazo y mucha suerte.

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